Vocabulario:
- Regalo: Objeto o acción que se da a alguien como muestra de afecto o agradecimiento.
- Pantalla: Superficie de un dispositivo donde se muestran imágenes, texto o videos.
- Envidia: Sentimiento de deseo o molestia por el éxito o posesiones de otra persona.
- Sostener: Sujetar o mantener algo para que no caiga o se mantenga en una posición.
- Frente: Parte superior del rostro, entre las cejas y el cabello.
- Carcajadas: Risas fuertes y espontáneas.
- Lograr: Conseguir un objetivo o resultado deseado.
- Envidia: Tristeza o pesar del bien ajeno.
Expresiones:
- Dar me gusta: Indicar que algo agrada en redes sociales presionando un botón con un ícono de pulgar o corazón.
- Hacer clic: Presionar un botón o área en una pantalla usando el dedo o un mouse para activar una función.
- Fruncir el ceño: Arrugar la frente y juntar las cejas en señal de preocupación, confusión o desagrado.
- Por si a las moscas: Expresión usada para indicar que se toma una precaución “por si acaso”.
- Caer de espaldas: Expresión que indica sorpresa extrema, como si alguien se sorprendiera tanto que se cayera literalmente.
Para escuchar
Hoy, la abuela Carmela celebra sus 75 años y ha recibido varios regalos, entre ellos, un smartphone moderno que le envió su nieta Luzmarina, quien vive lejos y quiere mantenerse en contacto con su abuela. ¡Tan linda! ¿Verdad?
La abuela Carmela sabía que con el celular podría enviar mensajes, fotos y videos, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo. Así que decidió pedir ayuda a Danielito, su nieto de 10 años.
—¡Danielito! —exclamó la abuela, agitando el teléfono en el aire—. ¿Cómo es que yo voy a mandar un mensaje a Luzmarina con este aparato?
—No te preocupes, abuela. Te voy a enseñar —respondió Danielito, sintiéndose orgulloso de ser él, esta vez, quien le enseñara algo a su abuela.
Comenzó a mostrarle la pantalla.
—Primero, tienes que hacer clic aquí para abrir la aplicación de mensajes.
—¿Hacer clic? ¡Ah, eso sí lo sé! Es como cuando doy un golpecito en la mesa para que me traigan café.
—¡Exacto, abuela! Ahora te enseñaré a escribir. Solo tienes que tocar esta parte de la pantalla.
—Ay, qué complicado, hijo. Pero lo voy a aprender para mandarle mis recetas a Luzmarina y mostrarle cómo está el jardín. Mijito, ¿puedo tener de esos perfiles en Facebook? La comadre Fina siempre habla de que ve cosas ahí.
—¡Claro, abuela! Vamos a crear tu cuenta —dijo Danielito, mientras la ayudaba a crear su perfil en Facebook.
Mientras exploraba, la abuela se detuvo en una publicación. Era una imagen de un tejido hermoso, de esos que le encantaban.
—¡Mira qué cosa tan bonita, Danielito! Yo tenía uno parecido cuando era joven.
—Si te gusta, abuela, puedes darle “me gusta”.
La abuela frunció el ceño y miró a su nieto con desconcierto.
—¿Y cómo se lo doy, si eso está tan lejos? ¡Dígame eso… en España?
Danielito se llevó las manos a la cabeza.

—No, abuela, no es literal. Solo tienes que tocar aquí, en el botoncito con el pulgar arriba.
La abuela, aún confundida, hizo lo que su nieto le indicó.
—¡Ay, qué moderno es esto! Ahora sí, la comadre Fina se va a morir de envidia.
Danielito siguió enseñándole, pero de pronto se puso serio.
—Abuela, pero ten cuidado con los virus.
La abuela lo miró con preocupación.
—¿Virus? No te preocupes, mijito, yo siempre tengo cuidado… pero por si acaso, tengo paracetamol en la mesita de noche.
Danielito casi se cae de la risa.
—No, abuela, no esos virus. Son virus que dañan el teléfono.
—Ah… bueno, igual, por si a las moscas, uno nunca sabe.
La abuela siguió explorando Facebook y se le ocurrió una idea.
—Mijito, enséñame a tomarme una de esas fotos que se toma la gente… ¡Una selfi!
—¡Buena idea, abuela! Vamos al jardín, así la comadre Fina ve lo lindas que están tus plantas.
La abuela se acomodó frente a sus rosales, alisó su cabello y sonrió.
—¿Lista, abuela? Solo tienes que sostener el teléfono así y presionar este botoncito.
Carmela hizo lo que Danielito le indicaba, pero en la primera foto solo salió su frente. En la segunda, su dedo tapó la cámara.
—¡Ay, qué difícil es esto! —dijo riendo—. Pero a la tercera es la vencida.
Finalmente, logró tomarse una selfi perfecta con sus plantas y Danielito la ayudó a publicarla.
—¡Listo, abuela! Ahora todos podrán verla.
—¡Ay, qué maravilla! Ahora sí, la comadre Fina se va a caer de espaldas cuando vea mi jardín.
Y así, con su primera selfi y un montón de carcajadas, la abuela Carmela hizo su entrada triunfal en el mundo digital.
¿Y tú? ¿Tienes algún abuelo o abuela con quien compartir esta historia? cuéntame en los comentarios.
¡Hasta la próxima!
0 comentários