Robos Modernos: Cuando El Vecino Te Roba El Internet Y Pones La Denuncia

Robos Modernos: Cuando El Vecino Te Roba El Internet Y Pones La Denuncia

Vocabulario:

  1. Vecino: Persona que vive en una casa o apartamento al lado o cerca de la tuya.
  2. Comisaría: Oficina de la policía donde se ponen las denuncias y donde trabajan los agentes.
  3. Quejas: Expresiones o palabras con las que una persona muestra su inconformidad o disgusto por algo.
  4. Señal: La conexión o la comunicación que permite que la tecnología funcione (como el celular, la televisión o el internet).
  5. Apagar: Detener o interrumpir el funcionamiento de un aparato.
  6. Encender/prender: Iniciar o comenzar el funcionamiento de un aparato (hacer que funcione).
  7. Rato: Un periodo o espacio de tiempo corto, pero indefinido.
  8. Asomar: Mover una parte del cuerpo, generalmente la cabeza, para mirar por una ventana o una puerta.
  9. Derecho/derechito: Ir en línea recta, directamente a un lugar, sin desviarse o detenerse.
  10. Contraseña: Una combinación secreta de letras, números o símbolos que se usa para verificar la identidad de un usuario y darle acceso a una cuenta, dispositivo o red (como el Wi-Fi).
  11. Quedarse de brazos cruzados: Expresión que significa no hacer nada ante un problema o situación.
  12. Hay gato encerrado: Expresión que se usa cuando existe algo oculto, una razón secreta o una intención no muy honesta o sospechosa.

¿Alguna vez el internet te ha fallado justo en el momento más emocionante de una serie?

A mi tía le pasó algo así… pero ella no se quedó de brazos cruzados.

En esta historia descubrirás cómo terminó en la comisaría denunciando el robo de su Wi-Fi.

Además de reírte, aprenderás vocabulario y expresiones muy útiles sobre tecnología, quejas y denuncias en español.

El otro día mi tía me contó: 

Ay, hija, tú no sabes lo que me pasó la semana pasada.
Resulta que estaba en mi casa, tan tranquila, viendo mi novela favorita en el celular —porque en la tele solo pasan fútbol, y yo de eso no entiendo nada—, cuando de repente la señal se fue. El internet estaba más lento que tortuga con sueño.

Intenté todo: apagué y volví a encender, le grité al router, esperé un rato… y nada. No funcionaba.
Al día siguiente pasó otra vez. Y al siguiente también. Entonces yo dije: “Aquí como que hay gato encerrado”.

Empecé a observar con atención, y me di cuenta de que cada vez que mi vecino de al lado prendía la televisión, mi Wi-Fi desaparecía. ¡Desaparecía, hija! Como por arte de magia.
Yo me asomé por la ventana y lo vi ahí, con una sonrisa sospechosa, viendo videos en su computadora.

En ese momento lo supe: ¡me estaba robando el internet!

Así que tomé mi bolso, apagué la estufa y me fui derechito a la comisaría.
Entré muy decidida y le dije al agente:
— Buenos días, vengo a poner una denuncia.
El agente me miró serio y preguntó:
— ¿Qué le han robado, señora?
— ¡El Wi-Fi, agente! ¡Me lo roban todos los días a las seis de la tarde!

El hombre trató de aguantar la risa, pero yo estaba muy indignada.
— Mire, señora —me dijo—, eso no es exactamente un robo; quizá se conectaron a su red sin permiso.
— ¡Pues eso es un robo tecnológico! —le respondí—. Y quiero que me devuelvan mis megas.

Al final, el agente me explicó cómo cambiar la contraseña y ponerle un nombre diferente a la red.
Ahora mi Wi-Fi se llama “Atrévete y te denuncio”, y desde entonces nadie más se ha conectado.
Y yo, feliz, volví a ver mi novela sin interrupciones.

Y hasta aquí la historia de hoy.
Si te gustó, compártela o cuéntame en los comentarios qué harías tú si descubres a tu vecino robándote el Wi-Fi.
¡Hasta la próxima historia… y que tu Wi-Fi esté siempre de tu lado!

Actividad de vocabulario

Actividad de comprensión de lectura

Niños, Tráfico Y Una Reunión Decisiva: Crónica De Un Caos Con Final Feliz

Niños, Tráfico Y Una Reunión Decisiva: Crónica De Un Caos Con Final Feliz

Vocabulario:

  1. Coche: vehículo con motor que sirve para transportar personas.
  2. Embotellamiento: cuando hay tantos autos en la calle que el tráfico se queda casi parado.
  3. Siesta: un descanso o sueño corto después de almorzar.
  4. Grúa: máquina o vehículo que levanta o arrastra cosas pesadas, como autos dañados.
  5. Taller: lugar donde se arreglan o reparan autos u otros objetos.
  6. A toda prisa: hacer algo muy rápido, con urgencia.
  7. Varado: quedarse detenido sin poder avanzar, por ejemplo un coche dañado en la calle.
  8. Jugar una mala pasada: causar un problema o engañar a alguien de forma inesperada.

Esa mañana parecía un reto olímpico: Clara, ejecutiva y madre de dos niños, tenía que llevar a sus hijos a la escuela y luego llegar al trabajo para una reunión muy importante. Ya iba bastante atrasada pensando en los documentos, las presentaciones y, claro, en las preguntas que harían sus jefes.

Pero el coche tenía otros planes. Justo en medio del embotellamiento comenzó a hacer un ruido extraño, como si estuviera roncando en medio de una siesta. Ella intentó ignorarlo, giró la radio para disimular… hasta que el motor se apagó y no quiso encender más.

Los niños, desde el asiento de atrás, lanzaban frases como:
—¡Mamá, vamos a llegar tarde a la escuela!
—¡Yo te dije que ese coche sonaba raro!

Ella respiró hondo (y por dentro pensó en gritar), pero sacó su teléfono: llamó a la grúa, avisó al taller mecánico y cruzó los dedos.

Cuando la grúa apareció, se sintió como si llegara un héroe en medio del caos. Ella entregó el coche, pidió un taxi a toda prisa, dejó a los niños en la escuela y, sorprendentemente, ¡llegó justo a tiempo para su reunión!

Al final del día, la ejecutiva pensó: “Si sobreviví a un coche varado en pleno embotellamiento con niños y aún llegué a tiempo, ya nada me detiene”.

Y tú, ¿alguna vez tu coche te ha jugado una mala pasada justo cuando estabas más apurado? ¡Cuéntame en los comentarios!

Actividad de vocabulario

Actividad de comprensión de lectura

Yo También Gané El Nobel De La Paz (Y Te Cuento Por Qué)

Yo También Gané El Nobel De La Paz (Y Te Cuento Por Qué)

Vocabulario:

 

    1. Callarse: no hablar o guardar silencio.
    2. Dejar con la boca abierta: causar gran sorpresa o admiración.
    3. Aunque: palabra que introduce una idea contraria o inesperada.
    4. Lucha: esfuerzo o enfrentamiento por conseguir algo importante.
    5. Inhabilitado: persona que no puede hacer algo por una decisión legal o política.
    6. Quitado: algo que fue retirado o eliminado.
    7. Maleta: bolsa o valija grande para guardar cosas al viajar.
    8. Acento: forma particular de pronunciar las palabras según el lugar de origen.
    9. Hacia: palabra que indica dirección o movimiento en dirección a algo.

    ¿Sabes esas noticias que te dejan con la boca abierta, te hacen detener lo que estás haciendo y decir “¡no puede ser!”? Pues eso me pasó hace unos días, cuando vi en los titulares:
    “María Corina Machado gana el Premio Nobel de la Paz 2025.”

    No encontraba palabras, pero al fin, solté un “¡Dios mío, algo bueno viene de mi país!” y hasta Lulú (mi perrita) me miró con cara de “¿qué pasa ahora, humana?”.

    María Corina… si no sabes mucho sobre ella, yo te cuento: es una mujer de esas que no se callan, aunque todo el mundo le diga que se calle. Ingeniera, política y activista, se ha pasado media vida denunciando los abusos del gobierno en Venezuela y defendiendo, con una convicción inquebrantable, la idea de que la democracia se conquista sin violencia, pero con coraje.

    Cuando anunciaron el Nobel, el Comité dijo que era:

    “Por su lucha pacífica por la democracia y los derechos del pueblo venezolano”. 

    Y mira, no exageraron. A María Corina la han inhabilitado, perseguido, insultado, bloqueado en medios, ¡hasta le han quitado el pasaporte! Pero ella sigue. Y sigue. Y sigue. Yo a veces pienso que si la resistencia tuviera nombre propio, se llamaría María Corina.

    Cuando la escuché hablar después del anuncio, dijo algo que me dejó pensando:

    “Este premio no es mío, es de todos los venezolanos que, sin miedo, siguen soñando con libertad.”

    Y yo pensé: entonces yo también gané el Premio Nobel de la Paz. Porque, aunque esté lejos, sigo soñando con ese mismo país libre, justo y sonriente. Y sé que muchos de los que salimos también llevamos esa esperanza en la maleta, junto a las fotos, el acento y el aroma del café de nuestra tierra.

    Para muchos, este Nobel no solo es un premio individual, sino un reconocimiento a todo un pueblo que no se rinde. A esos que siguen protestando, enseñando, cocinando, riendo, ayudando a los vecinos… incluso cuando parece que no hay salida.

    Y sí, claro que hay polémicas (¿qué Nobel no las tiene?). Algunos dicen que el premio es político, otros que llega tarde. Pero, al final del día, lo importante es que el mundo volvió a mirar hacia Venezuela.

    Yo me quedo con eso. Con la sensación de que, aunque los caminos sean largos y las fronteras pesen, la esperanza puede ganar un premio también.

    Y tú, ¿conocías a María Corina Machado?
    ¿Qué piensas de este tipo de premios?
    Te leo en los comentarios.

    Actividad de vocabulario

    Actividad de comprensión de lectura

    Shakira, La Nevera Y La Mermelada de Pimienta: ¿Mito O Realidad?

    Shakira, La Nevera Y La Mermelada de Pimienta: ¿Mito O Realidad?

    Vocabulario:

     

      1. Mermelada: conserva dulce hecha con fruta y azúcar.
      2. Nevera: electrodoméstico donde se guarda la comida y las bebidas frías.
      3. Farándula: mundo de los artistas, espectáculos y celebridades.
      4. Chisme: comentario o rumor sobre la vida privada de alguien.
      5. Cotilleo: sinónimo de chisme, usado sobre todo en España.
      6. Dicen las malas lenguas: expresión para introducir un rumor de forma irónica o divertida.

      ¡Hola, hola!
      ¿Ya escuchaste el chisme de Shakira y el frasco de mermelada? Porque sí, no fue una noticia confirmada, sino un cotilleo de esos que se vuelven virales en la farándula (ese mundo de artistas, famosos y espectáculos donde todo se sabe y se comenta).

      La historia decía más o menos así: a Shakira le encantaba una mermelada de pimienta que ni Piqué ni sus hijos comían. Pero un día, ella notó que el frasco se vaciaba. ¿Y cómo podía ser eso posible?
      Ahí fue cuando, según dicen las malas lenguas, Shakira entendió que había alguien más en la casa y que se estaba comiendo la famosa mermelada.

      La cosa se puso todavía más jugosa cuando salió el videoclip de “Te Felicito”. En una de las escenas, Shakira abre la nevera “en busca de la verdad” y aparece la cabeza de Rauw Alejandro rodeada de frascos. ¡Listo! Internet conectó los puntos y el chisme se convirtió en el rumor del año: la mermelada era la prueba de la infidelidad.

      Pero atención: en 2024, Shakira misma aclaró todo. Dijo con claridad:

      “Eso no es verdad.”

      Así que lo del frasco fue solo un cotilleo más, repetido y compartido en redes hasta que parecía cierto. Una muestra perfecta de cómo funciona la farándula: lo real, lo inventado y lo exagerado se mezclan hasta que ya nadie sabe dónde empieza la verdad.

      Y tú, ¿qué opinas?

      ¿Te parece gracioso cómo un simple frasco de mermelada puede convertirse en el chisme más comentado de la farándula?
      ¿Cuál ha sido el cotilleo en español más curioso que has escuchado?

      Cuéntamelo en los comentarios  y no se te olvide suscribirte al blog para seguir aprendiendo español entre canciones, rumores y hasta… mermeladas.

      ¡Chao!

      Actividad de vocabulario

      Actividad de comprensión de lectura

      Lulú En El Aire (Otra Vez)

      Lulú En El Aire (Otra Vez)

      Vocabulario:

       

      1. Maleta: objeto donde se guarda ropa y otras cosas para viajar.
      2. Hecho trizas: muy roto o destruido emocionalmente.
      3. Cinta transportadora: banda que se mueve y transporta equipaje en los aeropuertos.
      4. Llanto: acción de llorar.
      5. Miraba: observaba algo con atención.
      6. Mascota: animal que vive con las personas como compañía.
      7. Echada: acostada en el suelo o en otra superficie.
      8. Perrita: perro hembra de tamaño pequeño o dicho con cariño.

        ¡Hola! ¿Cómo estás?

        Hoy te comparto otra historia de Lulú, mi perrita. Pero si no la conoces, te estás perdiendo a una de las protagonistas más dramáticas, fieles y peludas de este blog. Hace un tiempo compartí cómo empezó nuestra historia juntas en Venezuela. Si te lo perdiste, aquí va el link del primer capítulo: Lulú: la Perrita Callejera que nos Adoptó 

        Pues bien, Lulú me acompañó desde Venezuela hasta Recife, Brasil. Pero su historia (y la mía) no terminó allí. En 2018 hubo nuevos movimientos en la dinámica familiar: María Alejandra, mi hija, estaba estudiando su carrera universitaria en Foz de Iguazú. Y como buena familia migrante sin muchos recursos, separarnos no era una opción. Entonces volvimos a empacar la vida en una maleta.

        Así que ahí estábamos otra vez: en el aeropuerto de Recife, con Lulú en su kennel (¡gracias a Dios no lo habíamos regalado!), mi corazón hecho trizas, y el alma en modo despedida, porque dejábamos atrás a Albelis, una sobrina queridísima, y a Memo, su esposo.

        Y entonces pasó lo que solo podía pasarle a una diva como Lulú: cuando se la llevaron por la cinta transportadora, no sé cómo describirlo… Era un concierto de alaridos. No llantos normales, no. Gritos que retumbaban en todo el aeropuerto, que no es precisamente pequeño, como si le estuvieran haciendo algo terrible. La gente miraba, se conmovía, algunos se tapaban los oídos, otros buscaban de dónde venía tanto escándalo. Yo… solo quería desaparecer.

        El vuelo duraba seis horas y media con una escala eterna en São Paulo. A veces, mientras intentaba cerrar los ojos, las lágrimas se me escapaban solas. No solo por Lulú. Por todo. Por volver a empezar, por dejar a los afectos, por el miedo al futuro.

        Cuando aterrizamos en Foz, la espera en la cinta de equipaje se hizo eterna. Las maletas pasaban y pasaban, pero Lulú no aparecía. Casi me da un infarto. Hasta que un empleado de la aerolínea me explicó que las mascotas no salían por la cinta. Había que recogerlos en el mostrador.

        María Alejandra ya me estaba esperando. Corrimos a buscarla.

        Y ahí estaba.

        Mi Lulú, echada dentro del kennel, tranquila, con las dos patas delanteras cruzadas al frente, como si nada hubiera pasado. Con aire de princesa. Una diva total.

        Pero apenas nos vio… ¡el drama volvió! Comenzó a llorar otra vez. Una mezcla de alivio, reclamo, alegría, trauma y hasta manipulación. Todo junto.

        Y así comenzó nuestra nueva vida en Foz, con Lulú otra vez a nuestro lado. Porque las migraciones no son solo de personas. También son de afectos, de costumbres… y de perritas valientes como ella.

        ¿Y tú?

        ¿Alguna vez tuviste que mudarte con una mascota? ¿Te ha tocado despedirte de alguien querido en un aeropuerto?

        Cuéntamelo en los comentarios, que aquí nos entendemos. 

        Actividad de vocabulario

        Actividad de comprensión de lectura