La Abuela Remedios y Su Nieto Médico
Más sabe el diablo por viejo… Descubre cómo la abuela Remedios pone a prueba la ciencia con sus tés y pomadas caseras.
La abuela remedios
La Abuela Remedios y Su Nieto Médico
Más sabe el diablo por viejo… Descubre cómo la abuela Remedios pone a prueba la ciencia con sus tés y pomadas caseras.

Vocabulario:

 

    1. Jarabe:  Medicina líquida, dulce, que se toma con cuchara.
    2. Picazón: Sensación que hace que quieras frotar la piel con las uñas.
    3. Té: Bebida caliente hecha con hojas o hierbas en agua.
    4. Manzanilla: Flor pequeña usada para hacer té que calma el estómago.
    5. Hierbabuena: Planta verde con olor fresco de menta, buena para el estómago y el aliento.
    6. Dolor: Sensación molesta en el cuerpo o en alguna parte.
    7. Sábila: Planta (aloe vera) con gel adentro que se usa en la piel.
    8. Rascándose: Pasando las uñas por la piel para aliviar la picazón.

    En mi familia hay un dicho que mi abuela repite como un mantra:
    “Más sabe el diablo por viejo que por diablo.”

    Y vaya que lo aplica.
    Porque mi abuela tiene remedios caseros para absolutamente TODO.
    Dolor de cabeza, torcedura, picazón, mal de amores… ¡lo que sea!
    Siempre aparece con alguna hierba mágica o un jarabe que, según ella, es infalible.

    Lo más gracioso es que mi primo —su nieto— es médico. Un médico de bata blanca, estetoscopio y palabras difíciles. Pero cada vez que viene de visita y alguien se queja de un dolor, la abuela se mete en la conversación con la cara más seria del mundo:

    —¿Te duele la barriga? Eso no se cura con esas pastillas raras. Ven, toma este de manzanilla con hierbabuena. Y nada de azúcar, ¿eh? Que eso mata el remedio.

    Mi primo pone los ojos en blanco, pero al final termina callado. Porque, no sé cómo, el dolor siempre se va. Quizá sea la manzanilla, quizá la fe… o quizá el susto de contradecir a la abuela.

    El otro día, yo tenía la piel toda irritada por el sol. Mi primo me recomendó una crema carísima que traía en su maletín, pero la abuela lo apartó con un manotazo:

    —¡Quítate con tus químicos! Unta sábila directo de la planta, deja que se seque, y listo.

    ¿Y adivinen qué? Al día siguiente, mi piel estaba casi perfecta. El pobre médico terminó rascándose la cabeza, murmurando algo sobre “placebo”.  Pero la abuela solo sonrió, se acomodó el delantal y soltó su frase triunfal:

    —¿Ves, mijo? Más sabe el diablo por viejo que por diablo.

    … ¿Y tú? Cuéntame en los comentarios: ¿qué remedio casero infalible tiene tu familia?.

    ¡Nos vemos!

    Actividad de vocabulario

    Actividad de comprensión de lectura

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    Prof. Yasmin Ruiz

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