Vocabulario:
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- Hecho trizas: estar roto o destruido en pedazos; también se usa para hablar de alguien muy triste o desanimado.
- Helado: postre frío hecho con leche, fruta u otros sabores, que se come congelado.
- Rato: un período corto de tiempo.
- Empezó: forma del verbo empezar; significa inició o dio comienzo.
- Trago: sorbo grande de una bebida; también puede referirse a una bebida alcohólica.
- Tequila: bebida alcohólica fuerte originaria de México.
- Asomando: que empieza a aparecer o mostrarse poco a poco.
- Carcajada: risa muy fuerte y ruidosa.
Para escuchar
Dime la verdad: ¿quién no ha pasado por un despecho de esos que ni el helado más cremoso consigue curar? Pues ahí estaba Mariana, con el corazón hecho trizas después de que su novio le dijera adiós sin mucha explicación.
Carmen, su mejor amiga, le propuso un plan:
—Vamos al karaoke, mujer, te hará bien.
Mariana aceptó, pensando que sería solo para reírse un rato. Pero cuando el presentador anunció: “Y ahora, una ranchera de Vicente Fernández”, ella sintió que las luces del bar la apuntaban directo al alma.
La música empezó y… ¡zas! Mariana agarró el micrófono con la misma firmeza con que agarró el primer trago de tequila. Con la voz quebrada, se lanzó: con la primera canción: “Acá entre nos”
El público no entendía si aplaudir, reír o consolarla. Algunos con la lagrimita asomando, otros mordiéndose los labios para no soltar la carcajada.
Cuando terminó, pidió otro tequila. Y después, otro.
Ya no era Mariana, la abogada seria, era Mariana Fernández, lista para abrir la gira internacional de despecho.
Al cuarto trago, intentó subirse de nuevo al escenario para cantar Volver, volver y casi terminó volver, volver… ¡pero al suelo!
Por suerte, su amiga —que ya preveía el desastre— la agarró del brazo a tiempo y, con la cuenta pagada, la rescató como quien salva a alguien de lanzarse al abismo.
Al día siguiente, la resaca era tan monumental que Mariana ni siquiera lograba recordar la cara de su ex. Carmen, todavía medio ofendida por la vergüenza de la noche anterior, aprovechaba para burlarse:
—¿Lo ves, amiga? Tequila y rancheras de Vicente Fernández: la receta infalible contra el despecho.
Mariana, con una bolsa de hielo en la cabeza, juraba solemnemente no volver a cantar rancheras ni a beber tequila jamás. Pero claro… ya sabemos cómo acaban esas promesas.
Y tú, cuéntanos: ¿cuál sería tu remedio musical para un despecho, una ranchera corta venas, una balada de los 80 o un reguetón bien dramático? ¡Cuéntanos en los comentarios!
Hasta la próxima.







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