Vocabulario:
- Piñata: recipiente lleno de dulces que se coloca a cierta distancia del suelo, para romperlo a palos con los ojos vendados.
- Sin embargo: conector que introduce una idea que se opone o contradice parcialmente a la oración principal.
- Semillas: grano contenido en el interior de una fruta.
- Vasijas: recipientes.
- Botín: cantidad de dinero o conjunto de cosas de valor que han sido robados.
- Cosecha: conjunto de frutos que se recogen de la tierra.
Para escuchar
Los orígenes.
El origen de las piñatas es incierto, sin embargo, se sabe que en la China antigua se hacían figuras de vacas, se rellenaban con semillas y se rompían en el marco de la celebración del año nuevo Chino. Marco Polo llevó esta tradición asiática a Europa, entonces los italianos hicieron “pignattas” de barro.
Cuando los conquistadores llegaron a América… ¡Sorpresa! No sabemos cómo llegaron las piñatas a este continente, pero hay registros de que los aztecas prehispánicos celebraban el nacimiento del dios Huit-zi-lo-poch-tli rompiendo vasijas de barro rellenas de ofrendas. Posteriormente los españoles retomaron el concepto para adaptarlo a la religión cristiana de la época.
En la actualidad, las piñatas mexicanas son hechas de barro y muy bien decoradas, se usan en las fiestas tradicionales llamadas POSADAS, y están impregnadas de simbolismo: tienen forma de una estrella de siete picos, uno por cada pecado capital. Antes de tumbar la piñata, alguien venda los ojos a la persona designada, lo que simboliza la fe ciega, y le hace girar dando 33 vueltas, una por cada año que vivió Jesucristo, y así, desorientado y ciego, el candidato golpea la piñata con un palo. Romper la piñata simboliza destruir el mal, y los dulces y frutas que caen cuando la piñata se rompe son las bendiciones que se derraman sobre todos.
En otros países, como Venezuela y Colombia, las piñatas toman formas de objetos, animales o personajes famosos, y constituyen un componente infaltable en las fiestas de cumpleaños de los niños (y a veces de algunos adultos).

Lo mejor de la fiesta.
El momento de romper la piñata es el más emocionante y divertido de la fiesta: la lluvia de dulces y juguetitos transmite una sensación de abundancia y es la señal de que SE VALE TODO. Es, pues, la oportunidad de inobservar la compostura, (inclusive hasta la obligación de agradecerle a los chinos o a los aztecas) y simplemente lanzarse en el suelo lleno de tesoros. Y luego la satisfacción de ganar un botín. Aunque en algunas oportunidades la cosecha no es tan buena, y haya que conformarse con un premio de consolación. Situación que no deja de ser un excelente entrenamiento para la vida.
Para siempre.
De esta forma sobreviven, y aparecen en las fotos y en los corazones de quienes tuvimos la dicha de participar de alguna manera, en aquel momento glorioso de romper la piñata, momento en el que ¡SE VALE TODO!
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