Yo También Gané El Nobel De La Paz (Y Te Cuento Por Qué)

Yo También Gané El Nobel De La Paz (Y Te Cuento Por Qué)

Vocabulario:

 

    1. Callarse: no hablar o guardar silencio.
    2. Dejar con la boca abierta: causar gran sorpresa o admiración.
    3. Aunque: palabra que introduce una idea contraria o inesperada.
    4. Lucha: esfuerzo o enfrentamiento por conseguir algo importante.
    5. Inhabilitado: persona que no puede hacer algo por una decisión legal o política.
    6. Quitado: algo que fue retirado o eliminado.
    7. Maleta: bolsa o valija grande para guardar cosas al viajar.
    8. Acento: forma particular de pronunciar las palabras según el lugar de origen.
    9. Hacia: palabra que indica dirección o movimiento en dirección a algo.

    ¿Sabes esas noticias que te dejan con la boca abierta, te hacen detener lo que estás haciendo y decir “¡no puede ser!”? Pues eso me pasó hace unos días, cuando vi en los titulares:
    “María Corina Machado gana el Premio Nobel de la Paz 2025.”

    No encontraba palabras, pero al fin, solté un “¡Dios mío, algo bueno viene de mi país!” y hasta Lulú (mi perrita) me miró con cara de “¿qué pasa ahora, humana?”.

    María Corina… si no sabes mucho sobre ella, yo te cuento: es una mujer de esas que no se callan, aunque todo el mundo le diga que se calle. Ingeniera, política y activista, se ha pasado media vida denunciando los abusos del gobierno en Venezuela y defendiendo, con una convicción inquebrantable, la idea de que la democracia se conquista sin violencia, pero con coraje.

    Cuando anunciaron el Nobel, el Comité dijo que era:

    “Por su lucha pacífica por la democracia y los derechos del pueblo venezolano”. 

    Y mira, no exageraron. A María Corina la han inhabilitado, perseguido, insultado, bloqueado en medios, ¡hasta le han quitado el pasaporte! Pero ella sigue. Y sigue. Y sigue. Yo a veces pienso que si la resistencia tuviera nombre propio, se llamaría María Corina.

    Cuando la escuché hablar después del anuncio, dijo algo que me dejó pensando:

    “Este premio no es mío, es de todos los venezolanos que, sin miedo, siguen soñando con libertad.”

    Y yo pensé: entonces yo también gané el Premio Nobel de la Paz. Porque, aunque esté lejos, sigo soñando con ese mismo país libre, justo y sonriente. Y sé que muchos de los que salimos también llevamos esa esperanza en la maleta, junto a las fotos, el acento y el aroma del café de nuestra tierra.

    Para muchos, este Nobel no solo es un premio individual, sino un reconocimiento a todo un pueblo que no se rinde. A esos que siguen protestando, enseñando, cocinando, riendo, ayudando a los vecinos… incluso cuando parece que no hay salida.

    Y sí, claro que hay polémicas (¿qué Nobel no las tiene?). Algunos dicen que el premio es político, otros que llega tarde. Pero, al final del día, lo importante es que el mundo volvió a mirar hacia Venezuela.

    Yo me quedo con eso. Con la sensación de que, aunque los caminos sean largos y las fronteras pesen, la esperanza puede ganar un premio también.

    Y tú, ¿conocías a María Corina Machado?
    ¿Qué piensas de este tipo de premios?
    Te leo en los comentarios.

    Actividad de vocabulario

    Actividad de comprensión de lectura

    Lulú En El Aire (Otra Vez)

    Lulú En El Aire (Otra Vez)

    Vocabulario:

     

    1. Maleta: objeto donde se guarda ropa y otras cosas para viajar.
    2. Hecho trizas: muy roto o destruido emocionalmente.
    3. Cinta transportadora: banda que se mueve y transporta equipaje en los aeropuertos.
    4. Llanto: acción de llorar.
    5. Miraba: observaba algo con atención.
    6. Mascota: animal que vive con las personas como compañía.
    7. Echada: acostada en el suelo o en otra superficie.
    8. Perrita: perro hembra de tamaño pequeño o dicho con cariño.

      ¡Hola! ¿Cómo estás?

      Hoy te comparto otra historia de Lulú, mi perrita. Pero si no la conoces, te estás perdiendo a una de las protagonistas más dramáticas, fieles y peludas de este blog. Hace un tiempo compartí cómo empezó nuestra historia juntas en Venezuela. Si te lo perdiste, aquí va el link del primer capítulo: Lulú: la Perrita Callejera que nos Adoptó 

      Pues bien, Lulú me acompañó desde Venezuela hasta Recife, Brasil. Pero su historia (y la mía) no terminó allí. En 2018 hubo nuevos movimientos en la dinámica familiar: María Alejandra, mi hija, estaba estudiando su carrera universitaria en Foz de Iguazú. Y como buena familia migrante sin muchos recursos, separarnos no era una opción. Entonces volvimos a empacar la vida en una maleta.

      Así que ahí estábamos otra vez: en el aeropuerto de Recife, con Lulú en su kennel (¡gracias a Dios no lo habíamos regalado!), mi corazón hecho trizas, y el alma en modo despedida, porque dejábamos atrás a Albelis, una sobrina queridísima, y a Memo, su esposo.

      Y entonces pasó lo que solo podía pasarle a una diva como Lulú: cuando se la llevaron por la cinta transportadora, no sé cómo describirlo… Era un concierto de alaridos. No llantos normales, no. Gritos que retumbaban en todo el aeropuerto, que no es precisamente pequeño, como si le estuvieran haciendo algo terrible. La gente miraba, se conmovía, algunos se tapaban los oídos, otros buscaban de dónde venía tanto escándalo. Yo… solo quería desaparecer.

      El vuelo duraba seis horas y media con una escala eterna en São Paulo. A veces, mientras intentaba cerrar los ojos, las lágrimas se me escapaban solas. No solo por Lulú. Por todo. Por volver a empezar, por dejar a los afectos, por el miedo al futuro.

      Cuando aterrizamos en Foz, la espera en la cinta de equipaje se hizo eterna. Las maletas pasaban y pasaban, pero Lulú no aparecía. Casi me da un infarto. Hasta que un empleado de la aerolínea me explicó que las mascotas no salían por la cinta. Había que recogerlos en el mostrador.

      María Alejandra ya me estaba esperando. Corrimos a buscarla.

      Y ahí estaba.

      Mi Lulú, echada dentro del kennel, tranquila, con las dos patas delanteras cruzadas al frente, como si nada hubiera pasado. Con aire de princesa. Una diva total.

      Pero apenas nos vio… ¡el drama volvió! Comenzó a llorar otra vez. Una mezcla de alivio, reclamo, alegría, trauma y hasta manipulación. Todo junto.

      Y así comenzó nuestra nueva vida en Foz, con Lulú otra vez a nuestro lado. Porque las migraciones no son solo de personas. También son de afectos, de costumbres… y de perritas valientes como ella.

      ¿Y tú?

      ¿Alguna vez tuviste que mudarte con una mascota? ¿Te ha tocado despedirte de alguien querido en un aeropuerto?

      Cuéntamelo en los comentarios, que aquí nos entendemos. 

      Actividad de vocabulario

      Actividad de comprensión de lectura

      ¡Qué Clima Tan Loco! Historias De Un Grupo De WhatsApp

      ¡Qué Clima Tan Loco! Historias De Un Grupo De WhatsApp

      Vocabulario:

      1. Acurrucada: Estar hecha bolita o encogida para sentir más calor o comodidad.
      2. Despejado: Cuando el cielo está claro, sin nubes.
      3. Trueno: El sonido fuerte que se escucha después de un relámpago durante una tormenta.
      4. Gazpacho: Sopa fría hecha con tomate, pepino y pimientos, típica de España.
      5. Chaqueta: Ropa que cubre el torso y los brazos, usada para protegerse del frío.
      6. Pileta: Piscina. 
      7. Tronó: Forma del verbo tronar, significa que sonó un rayo.
      8. Calentamiento global: Aumento de la temperatura media del planeta por causa de la contaminación y los gases que atrapan el calor.

        Hace unos días estaba acurrucada con Lulú en el sofá, envueltas en mantas como si fuéramos dos burritos mexicanos, cuando leí en el celular:
        📢 “Julio ha sido el mes más caluroso registrado en la historia del planeta.”

        —¿Caluroso? —le dije a Lulú, mientras ella me miraba con cara de no siento ni la punta de la nariz.
        Porque aquí en Curitiba, en este julio de 2025, llegamos a -5º de sensación térmica. ¡Jamás habíamos estado en un lugar tan frío!

        Para colmo, el otro día el cielo estaba completamente despejado, sin una sola nube, y aun así hacía un frío que calaba los huesos. En cambio, la semana pasada escuchamos un trueno tan fuerte en mitad de la noche, que hasta Lulú saltó del susto… ¡y eso que no hubo tormenta después!

        Con toda esa confusión climática, abrí el grupo de WhatsApp de amigos venezolanos, que están dispersos por el mundo, y les pregunté:

        “¿Cómo está el clima por allá? ¿Hace calor, frío, llueve fuego o caen pingüinos del cielo?”

        Y estas fueron algunas respuestas que me llegaron:

        España

        “Aquí en Valencia no sabemos si abrir o cerrar las ventanas. Si las abrimos, entra aire caliente; si las cerramos, parece un horno. Al final, terminamos tomando gazpacho helado para sobrevivir.”

        México

        “En Guadalajara hasta los cactus están pidiendo agua. Mi tía le pone sombrilla a sus plantas para que no se quemen.”

        Chile

        “Aquí en Santiago andamos con chaquetas hasta para ir a la cocina. Este invierno llegó con ganas.”

        Argentina

        “En Buenos Aires hace un frío tremendo. Los chicos ya no usan la pileta; ahora parece un enorme balde de hielo.”

        Colombia

        “En Medellín, que siempre fue la ciudad de la eterna primavera, ahora tenemos días despejados que parecen verano, pero con lluvias locas que se lanzan cuando menos lo esperas. El otro día tronó tan fuerte que pensé que se venía el mundo abajo.”

        Venezuela

        Mi mamá dice que antes por las tardes siempre soplaba un poco de viento, pero ahora ni eso. Se toma jugo bien frío todo el día para intentar refrescarse.

        Y así, entre mensajes, emojies y stickers, entendí que el calentamiento global no es solo calor o frío: es un desorden total que se siente en cada rincón del planeta, aunque no siempre de la misma forma.

         ¿Y tú? ¿Qué clima está haciendo donde vives? ¿Tienen alguna frase o chiste típico para hablar del frío o del calor? ¡Cuéntamelo en los comentarios!
        Y no te olvides de compartir este post con tus amigos que estudian español… ¡o con esos que siempre se quejan del clima, para que vean que no están solos!

        ¡Hasta la próxima!

        Actividad de vocabulario

        Actividad de comprensión de lectura

        ¿Por qué Larara? La historia Real Detrás del Nombre y el Sueño

        ¿Por qué Larara? La historia Real Detrás del Nombre y el Sueño

        Vocabulario:

         

          1. Pronto: En poco tiempo; rápidamente.
          2. Quédate: Permanecer en un lugar o situación.
          3. Empezó: Pasado de empezar, que significa iniciar algo.
          4. Rincones: Lugares pequeños o apartados.
          5. Ventana: Abertura en una pared que deja entrar luz y aire. También puede significar oportunidad.
          6. Huella: Marca que deja algo o alguien, literal o figuradamente.

          ¡Hola! ¿Qué tal?

          Muchas personas sienten curiosidad por el nombre Larara. ¿Por qué se llama así mi escuela de español? ¿De dónde surgió la idea? Si tú también te lo has preguntado, quédate por aquí, porque hoy te cuento un poco de  la historia detrás de Larara y mi camino como migrante y profesora de español.

          Soy venezolana, hablante nativa de español, y en 2016 llegué a Brasil con mi familia, buscando algo completamente diferente. Pero pronto me di cuenta de algo: los brasileños realmente querían aprender español.

          Intenté trabajar en algunas escuelas de idiomas, pero me encontré con algo curioso. Muchas de ellas traducían materiales de inglés al español, como si eso fuera suficiente. ¿Te parece que aprender un idioma es solo eso?

          Fue entonces cuando descubrí la enseñanza online. Me formé en herramientas tecnológicas y me actualicé para poder ofrecer un aprendizaje más auténtico y adaptado a ti. Así nació Larara, un proyecto que empezó conmigo y que con el tiempo se ha convertido en algo mucho más grande y enriquecedor.

          ¿Por qué Larara? El nombre se inspira en la arara, un pájaro brasileño hermoso, colorido y vibrante, justo como la experiencia de aprender un nuevo idioma. Larara evoca alegría, ritmo y naturalidad, porque así debería ser el aprendizaje: dinámico, envolvente y lleno de descubrimientos. Eso es exactamente lo que quiero transmitir con mi escuela.

          Una magestuosa Arara volando por un paisaje exuberante

          En estos años, he tenido la oportunidad de conocer a cientos de brasileños que han confiado en Larara para aprender español. Algunos viven en Brasil, pero muchos otros están en diferentes rincones del mundo: en Europa, en Estados Unidos, en países hispanohablantes. Cada alumno ha sido una historia, una ventana a una nueva cultura, a diferentes formas de ver la vida. He enseñado a empresarios, médicos, ingenieros, músicos, cocineros, investigadores, estudiantes, abogados… Personas con sueños, metas y razones únicas para aprender español. Y cada uno de ellos ha dejado en mí una huella, haciéndome crecer no solo como profesora, sino también como persona.

          Pero Larara no es solo mi historia. Es también la historia de quienes me acompañan en este camino. Como José, mi esposo, abogado y exjuez, que aporta su experiencia para ayudar a quienes necesitan aprender español jurídico. Porque el idioma también tiene sus matices legales, y qué mejor que aprender con alguien que conoce el derecho desde dentro.

          Y también está Albanys, mi sobrina, sangre joven para el proyecto. Con su entusiasmo y frescura, se ha convertido en una parte fundamental de Larara. Ella representa el futuro, la pasión por enseñar y la capacidad de conectar con las nuevas generaciones.

          En Larara, no enseñamos español de manera tradicional. Creemos en el poder de las historias, del humor y de la conexión real con nuestros estudiantes. Porque aprender un idioma no es solo memorizar reglas, es vivirlo, entenderlo y disfrutarlo.

          Si alguna vez has pensado en aprender español, te invito a conocer Larara. Aquí aprenderás de una forma diferente, con situaciones reales, anécdotas y mucha práctica. 

          ¡Te espero!

          Actividad de vocabulario

          Actividad de comprensión de lectura

          Un Viaje Para el Paladar: Descubriendo los Sabores de Perú

          Un Viaje Para el Paladar: Descubriendo los Sabores de Perú

          Vocabulario:

           

          1. Traigo: Presente para el sujeto yo del verbo traer. (Eu trago)
          2. Trago: Porción de agua u otro líquido, que se puede beber de una vez.
          3. Mezcla: Combinación de sustancias que se juntan.
          4. Jugo o juguito: Bebida hecha a base de frutas.
          5. Despejado: Libre o que no tiene estorbos. El cielo sin nubes.
          6. Lejos: Que algo está a una gran distancia.
          7. Sombrero: Prenda de vestir que cubre la cabeza, su función principal es proteger del sol, el frío o la lluvia, y también puede ser un elemento de moda y expresión personal.
          8. Delantal: El delantal o mandil es una prenda protectora externa que cubre principalmente el frente del cuerpo.

            ¡Hola! ¿Qué tal?

            Soy la profesora Albanys. Hoy te traigo una historia que mezcla el sabor, la cultura y el aprendizaje. Acompañaremos a Marcos y Camila en una aventura por Perú, donde el descubrimiento de frutas exóticas y jugos refrescantes se convierte también en una experiencia de inmersión en el idioma español. Porque viajar no es solo moverse de un lugar a otro: es también un viaje sensorial y lingüístico.

            Era temprano por la mañana cuando Marcos y Camila salieron a caminar por las calles de Cusco. El aire estaba fresco, y el cielo, despejado. A lo lejos, se escuchaban los sonidos de un mercado local que ya estaba en plena actividad. Decidieron seguir la música, las voces y los aromas… hasta que llegaron a un colorido mercado al aire libre.

            —¡Mira esto, Camila! —exclamó Marcos señalando una pirámide de frutas que jamás habían visto.

            Allí estaban: la lúcuma, de color amarillo intenso; la chirimoya, con su forma irregular y dulce; el tumbo, con su aspecto parecido a la maracuyá; y muchas más.

            Una señora, con sombrero tradicional y delantal, los saludó con una sonrisa.

            —¿Quieren probar un juguito? Tengo de maracuyá, mango, camu camu… ¡y también de aguaje!

            Camila aceptó encantada un vaso de jugo de camu camu. El sabor era ácido pero refrescante. Mientras bebían, la señora les explicó:

            —El camu camu tiene muchísima vitamina C, es bueno para las defensas.

            —¿Y este cómo se llama? —preguntó Marcos señalando una fruta redonda, de color oscuro.

            —Ese es el aguaje. Aquí decimos que es bueno para la piel y las hormonas, sobre todo para las mujeres.

            Entre un trago y otro, Camila iba anotando nuevas palabras en su libreta de viaje:

            • Jugo natural,
            • ácido,
            • dulce,
            • refrescante.

            Aprender español en medio del mercado era mucho más divertido de lo que imaginaban. No había libros, ni tareas: solo curiosidad, conversación y sabores intensos.

            Fue entonces cuando sucedió el momento inolvidable. Mientras Marcos trataba de repetir la palabra “chirimoya” con acento local, confundió las sílabas y dijo:

            —¿Puedo probar una “chilinoña”?

            La vendedora soltó una carcajada:

            —¡Ay, joven! Esa no existe, pero suena como que la Chilindrina es una doña.

            Todos rieron, y Marcos se puso rojo como un tomate.

            Camila miró a Marcos, aún riéndose, y dijo en voz baja:
            —¿Te das cuenta de todo lo que estamos aprendiendo solo por venir aquí?

            Él respondió:
            —¡Sí, es un viaje para el paladar… y para la mente! Y para mejorar mi pronunciación, por favor…

            Esa mañana en el mercado no solo probaron frutas que nunca habían imaginado, también practicaron español, conocieron a gente amable y descubrieron que cada sabor trae consigo una historia, una palabra nueva y una forma distinta de ver el mundo.

            Así como Marcos y Camila, cada vez que abrimos nuestros sentidos, también abrimos puertas al aprendizaje. Viajar no solo era descubrir lugares, sino también aprender nuevos sabores y palabras.

            Y tú, cuéntame:
            ¿Qué frutas típicas hay en tu país o región? ¿Cómo las comes: frescas, en jugo, o en postres?
            ¡Te leo en los comentarios!

            Actividad de vocabulario

            Actividad de comprensión de lectura