Palmeras Gigantes, Café y Rumba: La Inolvidable Experiencia de Ana en Colombia
Descubre a Colombia a través de los ojos de Ana, una brasileña que se enamoró de la calidez, la cultura y los paisajes únicos de un país maravilloso.
Canequinha de café
Palmeras Gigantes, Café y Rumba: La Inolvidable Experiencia de Ana en Colombia
Descubre a Colombia a través de los ojos de Ana, una brasileña que se enamoró de la calidez, la cultura y los paisajes únicos de un país maravilloso.

Vocabulario:

  1. Calidez: Cualidad de ser cálido, en especial en el trato, mostrando amabilidad y afecto.
  2. Bendiga: Forma del verbo «bendecir», que significa invocar la protección divina para alguien.
  3. Tueste: Proceso de someter el café o granos a calor para desarrollar su sabor y aroma.
  4. Molienda: Acción de triturar o pulverizar algo, especialmente granos de café, para obtener su polvo.
  5. Taza: Recipiente pequeño con un asa, usado principalmente para beber líquidos como café o té.
  6. Cálido: Que tiene o transmite calor; también, que es afectuoso y amable en el trato.
  7. Callejeras: Relativo a la calle o que pertenece a la vida en la calle, especialmente en referencia a la comida o cultura popular.
  8. Rumbear: Acción de bailar y disfrutar en una fiesta, especialmente al ritmo de música latina.

    Hoy quiero invitarte a viajar a Colombia a través del relato de Ana, una de mis alumnas brasileñas. Aquí está, con sus propias palabras:

    Siempre había soñado con conocer Colombia, pero vivirlo fue mucho más enriquecedor de lo que esperaba. Colombia tiene una calidez y hospitalidad que te hacen sentir en casa desde el primer momento. 

    En Colombia, es muy importante saber cómo ser educado en español, porque los colombianos son muy amables, siempre te preguntan “¿Cómo estás?”, te dan los buenos días, gracias, dicen “Que te vaya muy bien” o “Que Dios te bendiga” con una sonrisa en la cara.

    Durante mi estadía, me sentí como en casa también con la comida. Probé arroz, frijoles, carne de cerdo y chicharrones, algo parecido a lo que comemos en Brasil, aunque me sorprendió encontrar aguacate y plátano acompañando estos platos salados. 

    Mi primer destino fue Bogotá, la capital, donde descubrí que el clima es fresco y lluvioso, y como en toda gran ciudad, el tránsito es un caos. Sin embargo, los bogotanos no dejan de ser educados y amables; además, suelen amenizar el frío con sopitas, chocolates y aromáticas. ¡Todo muy rico! 

    Las cosas que más me gustaron en Bogotá fueron el barrio de la Candelaria con construcciones históricas y ferias de artesanías, el cerro de Monserrate con más de 3.000 metros de altitud en un mirador para toda la ciudad. Y el Museo del Oro, con impresionantes piezas de oro hechas por los pueblos precolombinos.  

    Colombia también es una gran productora de café. En su región llamada de Eje Cafetero, se puede encontrar hermosos pueblos rodeados de montañas y casitas coloniales. En especial, una llamada Salento, en el departamento de Quindío.

    En Salento, visité una finca de café para ver cómo funciona la producción, el tueste, la molienda y preparación de los mejores cafés colombianos. Además de conocer la gente amable del interior, pude hacer senderismo y ver los lindos paisajes de las montañas y sus ríos. 

    El más bonito fue el Valle de Cocora, donde caminé por 10 kilómetros y pude ver las más altas palmeras de todo el mundo, con más de 60 metros de altura. En medio de la caminata, las fincas se transforman en miradores donde se puede disfrutar de los lindos paisajes con una taza de café bien caliente. 

    Foto de Ana en Colômbia

    Mi próxima y última parada fue Medellin. Llamada ciudad de la eterna primavera, el clima es mucho más cálido y agradable. Está rodeada por montañas y paisajes bonitos, es la segunda ciudad más grande del país después de Bogotá, conocida también por la cantidad de eventos con mucha música, comida y cultura.

    Por lo tanto, aproveché para probar varias comidas callejeras, las frutas, el mango con sal y pimienta, empanadas, arepa de choclo, lechona, buñuelos, chunchurria y otras cosas más!

    Es una ciudad con mucho movimiento, especialmente en la noche. En el barrio Laureles, hay bares y fiestas por todas partes, con música buena y muchos de pié bailando. Buenísimo para “rumbear”, hay salsa, merengue, vallenato, bachata, reggaeton, para todos los gustos, nadie se queda parado. 

    Disfruté mucho de este viaje, me emocionó conocer una cultura que me recibió tan bien, con gente alegre y amable. Con una naturaleza deslumbrante y comidas hechas con amor. 

    Colombia es un país que los brasileños conocen muy poco, y lo poco que se conoce está relacionado a la triste época del narcotráfico. Espero que más gente pueda conocer y disfrutar de la misma forma que yo. 

    ¿Qué esperas para explorar Colombia?

    La experiencia de Ana nos recuerda que viajar no solo es conocer nuevos lugares, sino también abrirnos a culturas llenas de calidez y encanto. Comparte en los comentarios qué lugar de Colombia te gustaría visitar! 

    Actividad de vocabulario

    Actividad de comprensión de lectura