Vocabulario:
- Lejos: A gran distancia de un lugar.
- Ubicado: Que está en un lugar específico.
- Alquiler: Pago periódico por el uso de algo, como una casa o un apartamento.
- Comedor: Espacio de la casa donde se come.
- Habitación: Cuarto de una vivienda donde se duerme o descansa.
- Balcón: Plataforma con baranda que sobresale de una pared.
- Hueca: Que está vacía por dentro.
- Arreglar: Reparar o solucionar un problema.
- Manija: Pieza usada para abrir puertas, cajones o ventanas.
- Trampa: Engaño para perjudicar a alguien o sacar ventaja.
Para escuchar
Buscar apartamento con un bebé de un año no era tarea fácil. Laura y Pedro llevaban semanas visitando opciones y siempre pasaba algo: muy caro, muy pequeño, muy lejos. Pero esta vez, con el corretor Iván mostrándoles un apartamento recién renovado y bien ubicado, parecía que por fin habían encontrado el indicado.
—El alquiler es excelente para la zona —explicó Iván mientras abría la puerta—. Tiene cocina moderna, un comedor espacioso, una hermosa habitación con balcón… ¡Ideal para una familia joven como la suya!
Pedro y Laura entraron con ilusión. El apartamento olía a pintura fresca, el suelo brillaba y todo parecía nuevo.
—¡Me encanta la luz natural! —exclamó Laura, admirando el balcón.
—Y mira esta cocina, amor —Pedro abrió una gaveta—. Espaciosa y con acabados modernos.
Tomás, el bebé, no estaba interesado en el balcón ni en la cocina. Como buen explorador, andaba por todo el apartamento, inspeccionando cada rincón. Hasta que, de repente, se detuvo junto a la pared del comedor.
—¿Qué viste, campeón? —preguntó Pedro, acercándose.
Tomás golpeó la pared con su manita.
TOC TOC.
El sonido fue… raro. Como si la pared no fuera realmente sólida.
Laura se inclinó y pasó la mano por la superficie.
—Pedro… esto está raro.
Pedro también la tocó y notó que, en lugar de la textura firme de una pared normal, se sentía… hueca.
—¿Qué tipo de material es este? —preguntó, golpeando más fuerte.
Y entonces, ante los ojos de todos, una parte de la “pared” se desprendió y cayó al suelo con un golpe sordo.
Laura se tapó la boca. Pedro parpadeó, incrédulo.
Detrás de la delgada capa de yeso, la pared original estaba llena de humedad y moho.

—¡Pero qué…!
Iván se apresuró a interponerse entre ellos y la pared expuesta.
—Oh, esto… ¡nada grave! Solo una pequeña reparación que quedó pendiente, pero nada que no se pueda arreglar antes de que firmen el contrato.
Laura lo miró con desconfianza.
—¿”Pequeña reparación”? Iván, esto parece un desastre escondido.
Pedro miró a su alrededor con más atención. Se acercó a la cocina y abrió otra gaveta… solo para que la manija se quedara en su mano.
—¿Qué tan nuevo dijiste que era esto?
Laura fue al baño y giró la llave del lavamanos. El agua salió con un color marrón sospechoso.
Iván reía nerviosamente.
—Bueno, jeje, es que a veces las tuberías necesitan un poco de uso… ¡pero el apartamento es genial!
En ese momento, un sonido agudo los hizo voltear.
¡CRACK!
Tomás, feliz e inocente, había logrado despegar un pedazo del papel tapiz de la habitación. No lo jaló con fuerza… solo lo tocó con sus deditos curiosos, y de inmediato se desprendió una gran tira, dejando al descubierto una pared con más grietas y humedad.
Pedro y Laura se quedaron en shock. Iván palideció.
—Esto es una trampa —dijo Laura, cruzándose de brazos—. Nos querías alquilar un desastre disfrazado de apartamento renovado.
Pedro miró a su esposa y al bebé, que sonreía orgulloso de su hazaña con el papel tapiz.
—Creo que vamos a seguir buscando —dijo Pedro tomando a Tomás en brazos.
Iván intentó detenerlos.
—¡Esperen! ¡Puedo hablar con el dueño, tal vez bajemos un poco el alquiler!
Pero Laura y Pedro ya habían cruzado la puerta.
Mientras bajaban las escaleras, Pedro miró a su hijo y sonrió.
—Bien hecho, campeón. Nos salvaste de una trampa.
Tomás solo rió, sin entender que, gracias a su curiosidad, sus padres acababan de evitar un gran problema.
¿Y tú? ¿Alguna vez te han intentado engañar con un alquiler? Cuéntamelo en los comentarios. 😉
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