
Un Viaje Para el Paladar: Descubriendo los Sabores de Perú
Vocabulario:
- Traigo: Presente para el sujeto yo del verbo traer. (Eu trago)
- Trago: Porción de agua u otro líquido, que se puede beber de una vez.
- Mezcla: Combinación de sustancias que se juntan.
- Jugo o juguito: Bebida hecha a base de frutas.
- Despejado: Libre o que no tiene estorbos. El cielo sin nubes.
- Lejos: Que algo está a una gran distancia.
- Sombrero: Prenda de vestir que cubre la cabeza, su función principal es proteger del sol, el frío o la lluvia, y también puede ser un elemento de moda y expresión personal.
- Delantal: El delantal o mandil es una prenda protectora externa que cubre principalmente el frente del cuerpo.
Para escuchar
¡Hola! ¿Qué tal?
Soy la profesora Albanys. Hoy te traigo una historia que mezcla el sabor, la cultura y el aprendizaje. Acompañaremos a Marcos y Camila en una aventura por Perú, donde el descubrimiento de frutas exóticas y jugos refrescantes se convierte también en una experiencia de inmersión en el idioma español. Porque viajar no es solo moverse de un lugar a otro: es también un viaje sensorial y lingüístico.
Era temprano por la mañana cuando Marcos y Camila salieron a caminar por las calles de Cusco. El aire estaba fresco, y el cielo, despejado. A lo lejos, se escuchaban los sonidos de un mercado local que ya estaba en plena actividad. Decidieron seguir la música, las voces y los aromas… hasta que llegaron a un colorido mercado al aire libre.
—¡Mira esto, Camila! —exclamó Marcos señalando una pirámide de frutas que jamás habían visto.
Allí estaban: la lúcuma, de color amarillo intenso; la chirimoya, con su forma irregular y dulce; el tumbo, con su aspecto parecido a la maracuyá; y muchas más.
Una señora, con sombrero tradicional y delantal, los saludó con una sonrisa.
—¿Quieren probar un juguito? Tengo de maracuyá, mango, camu camu… ¡y también de aguaje!
Camila aceptó encantada un vaso de jugo de camu camu. El sabor era ácido pero refrescante. Mientras bebían, la señora les explicó:
—El camu camu tiene muchísima vitamina C, es bueno para las defensas.
—¿Y este cómo se llama? —preguntó Marcos señalando una fruta redonda, de color oscuro.
—Ese es el aguaje. Aquí decimos que es bueno para la piel y las hormonas, sobre todo para las mujeres.
Entre un trago y otro, Camila iba anotando nuevas palabras en su libreta de viaje:
- Jugo natural,
- ácido,
- dulce,
- refrescante.
Aprender español en medio del mercado era mucho más divertido de lo que imaginaban. No había libros, ni tareas: solo curiosidad, conversación y sabores intensos.
Fue entonces cuando sucedió el momento inolvidable. Mientras Marcos trataba de repetir la palabra “chirimoya” con acento local, confundió las sílabas y dijo:
—¿Puedo probar una “chilinoña”?
La vendedora soltó una carcajada:
—¡Ay, joven! Esa no existe, pero suena como que la Chilindrina es una doña.
Todos rieron, y Marcos se puso rojo como un tomate.
Camila miró a Marcos, aún riéndose, y dijo en voz baja:
—¿Te das cuenta de todo lo que estamos aprendiendo solo por venir aquí?
Él respondió:
—¡Sí, es un viaje para el paladar… y para la mente! Y para mejorar mi pronunciación, por favor…
Esa mañana en el mercado no solo probaron frutas que nunca habían imaginado, también practicaron español, conocieron a gente amable y descubrieron que cada sabor trae consigo una historia, una palabra nueva y una forma distinta de ver el mundo.
Así como Marcos y Camila, cada vez que abrimos nuestros sentidos, también abrimos puertas al aprendizaje. Viajar no solo era descubrir lugares, sino también aprender nuevos sabores y palabras.
Y tú, cuéntame:
¿Qué frutas típicas hay en tu país o región? ¿Cómo las comes: frescas, en jugo, o en postres?
¡Te leo en los comentarios!